Está situado sobre el edificio de la Universidad, del siglo XVI. Conserva su fachada plateresca y el patio renacentista, que es enorme. Es un hotel balneario muy bueno, con una gran piscina termal con todos los tipos de chorros que se puede uno imaginar. Las habitaciones son grandes y modernas. Y el desayuno es excepcional, donde puedes encontrar de todo y de muy buena calidad. Muy recomendable.
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