Es un Museo Nacional situado en un palacio del siglo XVIII. No obstante, está dedicado al Romanticismo del XIX. En él se puede observar la decoración de una casa de este siglo, junto con artículos e información sobre la literatura, arte y vida social de esta época histórica. El museo está muy bien ambientado y todo muy detallado. Cuenta con un café bien decorado, que da a un jardín muy bucólico. Es una pena que el servicio de este café no esté a la altura.
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